martes, 6 de octubre de 2020

Salir de casa sin toallitas...

Abril de 2020.
Bristol, Inglaterra

¿Te imaginas ir caminando por la calle, sentir que te bajó la regla y no tener toallitas a mano? Cantemos todas jutnas "¿A quién no le ha pasadoo o o o la la la?"

Ya, está bien, te puedes conseguir. entrar al baño de una tienda comercial, pedir una. chuta pero el baño esta vacío, no hay nadie que te pueda facilitar una. ¡Uf! Lo viste, menos mal, hay un dispensador de toallas a quina -sí, en este universo paralelo has dispensadores de toallas en los baños públicos. Te salvaste. Vale, sacas tu boso y no hay ningna moneda ni billete. Saliste in tu billetera, (recordaste que quedo en tu mesa de noche, al cosado de tus toallitas). Mierda... ¿qué haces? Obvia, confort. Te envuelves el calzón en harto papel higiénico y sacas un poco más para tu bolso, por si acaso. Y sacas otro poco más y lo metes doblado dentro de tus bolsillos.

Ahora ya sientes el calzón un poco húmedo, justo ahí debajo de tu vulva. La sangre mojando el papel. Comienzas a caminar intentando mantener las piernas ni tan abiertas ni tan cerradas. No quieres que al apretar, salga todo como un chorro descontrolado, y bueno, no tienes cómo hacer que el flujo se devuelva. Ya es oficial. Manchaste tu ropa interior. Rayos. Justo hoy, que te pusiste calzones blancos. Pero no se detiene ahí, sale un poco más y está pasando a tu pantalón. De vuelta a otro baño (o para el caso, cualquier lugar con un poco de privacidad para poder cambiar el papel). Benditos jeans que son un poco más gruesos...

Bueno dices, tengo algunas opciones: volver corriendo a casa (pierdes mucho tiempo), acercarme a alguien que tenga pinta de que me puede dar una toallita (para mi es lo más lógico) ó mandar a la verga todo y hacer tu vida normal, hasta que tengas como conseguirte una toalla... mientras mantienes la absorción con un trozo de papel.

¿Qué harían ustedes?

Me ha tocado tener que volver a casa por mi copa (menos mal que no era lejos y andaba en auto, manejando sentada sobre una pierna para no manchar el asiento). También he tenido que pasar a baños de cafés para envolverme el calzón el confort. También, he tenio que lavar el calzón y secarlo con el secador de manos (esos power de aire)... esto último me ha pasado sola y andando con mis hijos... principalmente por ser despistada y media gil la verdad. En general, cuando me va a llegar, en tiempos normales (sin cuarentena ni pandemias demónias), ando con una toalla de tela en la cartera, y a veces, cuando trabajaba, con unas cuántas de plástico (igual habían hartas mujeres en mi trabajo anterior, y bueno, nunca sabes quién puede necesitar).  

El primer escenario es lo que hacemos cuando nos damos cuenta a penas salimos, quizás antes de subirnos a la micro, a la bici, o de salir caminando al metro, o llamamos/wasapeamos/mandamos direct y hasta señales de humo a una amiga para que nos lleve -si es que nuestro hormonal cerebro hace sinapsis y nos acordamos de que estamos alrededor de la fecha. Pero, ¿y si te pasa ya entrando a las clases? ¡En medio de una clase? ¿O el día de una entrevista de trabajo? Sí, sí, la volaita. Cosas raras, pero que pueden pasar. 

El último escenario poco probables, seamos realistas. El mundo no está preparado para vernos sangrar por el culo.... O sea, sí, a cualquiera le puede pasar que le baje en plena calle y andar sin insumos ni un solo peso para comprar toallas, pero .. por muy amante que soy de la menstruación, igual me es incómodo sentir la sangre entre las piernas, onda acumulándose... además que después se enfría y es más incómodo. Next. No podría. Sí lo haría a modo de protesta, para hacer énfasis en el tabú de la menstruación y en las necesidades invisibilizadas en torno a los productos de gestión menstrual. 

Finalmente, el segundo escenario: pedirle a cualquier persona... Esto... Esto sería lo más hermoso de la vida. Que no fuese problema. Que no hubiese un juicio de valor de por medio, que no hubiese vergüenza. La última vez que pedí una toallita fue en un avión, cuando me venía a UK con mis hijos. Sabía que el día del viaje iba a ser el primer o segundo día de mi periodo, me aperé con toallas de tela (sí, para el avión), dos copitas y voilá. Pero no contaba con que de verdad me iba a casi desangrar (¿será efecto del vuelo? Quizás también los nervios). Subiendo al avión en la parada de Buenos Aires, una mujer colombiana me pregunta si yo tenía toallitas. Me dice que le llegó recién. "Chuta, no tengo" le dije, "Pero pidámosle a la azafata, porque yo creo que también necesitaré". Y bueno, después de un par de segundos de dudar si pedir, le hablé a una azafata que tenía cara de buena onda y le pregunté si ella tenía o se podía conseguir. Le dije que necesitábamos 2, al menos. Sin mayor drama, después que el avión despegó, se acerca la azafata y me pasa una o dos toallas, no recuerdo. De manera discreta y sin alboroto. Le menciono que la chica de unos asientos más atrás también necesita y me dice que ya le pasó. Yo miro hacia atrás y nos sonreímos, con esa complicidad de saber que no dejaremos una bandera japonesa en el salvavidas debajo del asiento. A modo de resumen, en ese viaje me cambié la copa como 5 veces, llena, usé la toalla plástica para dormir (con la copa puesta), y terminé botando una toalla de tela porque aún me faltaba mucho para llegar a destino ya tenía una guardada, usada.

Con eso, lo que quiero decir, es que no hay nada malo ni desastroso en pedir una toallita. Si alguna vez te indicaron que "una señorita andaba siempre preparada" las pelotas. Real pelotas. Es ideal andar siempre preparadas (recomendación para la vida quizás jaja), pero a veces Saturno se alinea con Júpiter y Mercurio se pone retrógrado y queda la cagá. También, y esto es en realidad lo que ocurre, nuestras hormonas nos dejan con el turururu y se nos olvidan cosas ¿Se han fijado? ES NORMAL. Completamente normal.

Dejemos los conceptos arcaicos atrás y sigamos normalizando menstruar, hablemos de menstruación y qué tanto si se me mancha un calzón.





sábado, 3 de octubre de 2020

Pobreza Menstrual

20 de Junio de 2020.
Bristol, Inglaterra
   
Este texto lo escribí para un post de instagram. Hace tiempo me viene dando vuelta en la cabeza que en Chile no tenemos cifras exactas sobre pobreza menstrual. Con los indicadores de pobreza, acceso al agua, y otros, quizás nos podemos hacer una idea del real escenario que hay en nuestro país. De todas formas necesitamos estudios, estadísticas, para que quienes toman las decisiones vayan en línea con las necesidades de las niñas, mujeres y otras personas menstruantes.





Hay 
#pobrezamenstrual cuando no puedes acceder a toallitas (menos pensar en tampones o en la copa). Quizás no tienes dinero o no tienes a quien pedir. 

También, cuando no tienes baño o acceso a agua potable (no me vengan con lo rico de cambiarse una toalla después de 5 horas de subir un cerro, me pasó en una salida de terreno... hablemos de la necesidad). Sin agua no te puedes lavar las manos, no te puedes lavar la vulva. ¿no poder limpiar la sangre que queda en los vellospúbicos? 

Pobreza menstrual cuando usas una toalla más del tiempo indicado porque no tienes otra para cambiar. 

Pobreza Menstrual cuando usas algo no adecuado para intentar mantener tu calzón seco: Diario, motas de Algodón, papel absorbente, calcetines, trapos usados... 
Cuando no tienes basurero para desechar la toalla usada. 

Cuando tienes que elegir entre comer o comprar un paquete de $700. 

Cuando por menstruar en condiciones poco saludables e higiénicas, quedas en desventaja con tus pares. 

Cuando el manejo de la menstruación no se considera relevante. 

Cuando tenemos que hacer colectas para visibilizar. ‼️‼️
Y OJO QUE NO SE RESUELVE HACIENDO COLECTAS PARA SIEMPRE... DEBEMOS TENER POLÍTICAS PÚBLICAS QUE SE HAGAN CARGO DE ESTA NECESIDAD!

#SaludMenstrual #gestiónmenstrual #bienestarmenstrual
#pobrezamenstrual #menstrualpower #menstruación #menstruaciónsinfronteras #menstruarenpandemia #lareglanosedetieneenpandemia #nomastabú